Hola, gracias
Hola Tanu.Hola Quique. Les escribo esto en primer lugar como excusa. Un montón de gente […]
Hola Tanu.Hola Quique. Les escribo esto en primer lugar como excusa. Un montón de gente […]
Lo lloramos y es soprendente. ¿Por qué los varones lo lloramos? Quizás porque fue al único ídolo que vimos llorar una y otra vez. Por amor, por dolor, por frustración, por tristeza. Los varones de la generación Maradona vimos por primera vez a ese hombre llorar por televisión aquel día de 1990.
PEZ hace dos cosas al mismo tiempo. Las dos son igual de urgentes. Y no hay ningún tipo de virtud especial en esta tarea, se trata tan solo de la consecuencia lógica de un camino que lleva años de andar y una profunda tozudez en ese recorrido.
Vicente Luy fue un poeta cordobés. Uno de los desconocidos, de los invisibles -hasta ahora- para el gran público. Tan invisible que ni siquiera tiene su apartado en wikipedia. Pero Vicente es un visible reconocido para la generación de artistas y músicos que hoy andan por debajo de la vorágine masiva y comercial. Esos mismos que en pocos días se reunirán para recordarlo.
Nos venden pescado podrido, de uno y otro lado de la grieta. Todos los días, con todos los temas, casi no hay excepción. A esta altura ya no es una sorpresa, el pescado podrido es (o al menos eso creen los vendedores) funcional a los intereses de los medios que difunden información parcial, tergiversada, y en el peor de los casos, errónea.
Durante milenios la sociedad occidental (o sea todos nosotros) concibió al tiempo y al espacio como factores externos a nuestra realidad. Siempre habían existido y los hechos y sucesos ocurrían en ellos sin afectarles ni producirles modificación alguna. El tiempo y el espacio son dos de los elementos de los que no podemos escapar, pero que rara vez nos detenemos a contemplar.
Hasta no hace mucho la fuente principal para descubrir nueva música era la radio. También […]
Desde hace un tiempo vivimos frente a las pantallas. Horas y horas con la mirada […]