Pena

Como una especie de premonición El Príncipe lleva en su apellido la pena de pagar por la obligación de estar vivo. Esa condena la cumplía a fuerza de componer canciones de manera imparable.

Un creador que necesitaba que la sorpresa lo inunde y que muchas veces se encontraba dudando de ser el autor de lo que había escrito o compuesto. Decía que lo invadía una especie de energía desconocida.

Siendo apenas un niño se quedó prácticamente solo en la vida y pasó de imprevisto, como siempre suceden las cosas en la vida, de príncipe a mendigo. Pero en mendigo del amor.

Un cultor del presente y de la amistad como solución a todos sus males.

Un despreocupado de lo material y de todos los fantasmas e ilusiones de la vida.

Dueño de un hermoso humor inquebrantable hasta en sus días más difíciles. Ofreció sonrisas e historias cotidianas mezcladas con esa pizca filosófica que nos deja pensando.

Aunque a veces esas sonrisas escondieran una profunda soledad difícil de reconocer.

Hasta en sus últimos días, en los que compartía con sus amigos las composiciones que hacía en su PC junto a su cama, no paraba de emocionarse y repetir su razón de ser en el mundo: crear música.

Por eso los discos nunca importaron. A pesar de que su carrera comenzó en los años 70, en vida editó solo dos: “Amigotez“, con Nicolás Davis (2001-2002) y “El Recital”  (2002-2003).

Unos años después de su muerte su hija Eli-u Pena creó un sitio web donde se recopila casi todo el material disponible sobre su obra: videos, discos, grabaciones, letras, dibujos y se encuentran sus composiciones para escuchar o descargar de manera libre y gratuita.

Como suele suceder, la indiferencia del mundo musical durante su vida se tradujo en reconocimiento de la mano de su redescubrimiento por parte de los jóvenes músicos uruguayos y el trabajo de su propia hija que editó el disco “Creo en los elefantes donde interpreta 12 canciones inéditas de su padre.

Se puede ser un artista supremo, de una calidad y calidez superior sin ser famoso, ni glamoroso, ni millonario. Gustavo José Pena Casanova es uno de ellos ¿Cómo que no?

“LA COCINA” es el resultado de cuatro meses de convivencia entre el músico Gustavo Pena Casanova (El Príncipe), Gabriel Flain (cámara) y Guillermo ‘Willy’ Villalobos. Esos cuatro meses fueron los últimos cuatro meses de su vida.

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