Raro

En términos generales cuando nos topamos con lo raro hay dos opciones principales, la indiferencia o el disgusto. Luego de estas reacciones sobreviene algún tipo de retorno basado en la curiosidad. Un interés por ver si la rareza mermó, o si la cosa en cuestión se volvió más normal. Muchos creen que sí, que eso sucede luego de varias escuchas o miradas.

Lo que desconocen es que la rareza se apodera de ellos, y los convence lentamente. Se mete en su interior y despierta las células dormidas poco a poco, transformado su gusto musical, ampliando horizontes y derribando prejuicios. Porque imagine, que si los juicios fallan en la música, que queda para los pobres prejuicios.

El mercado musical funciona de una manera bastante contundente y simplona: repetir hasta el hartazgo. Luego el hartazgo se convierte en resignación y ocupado por la resignación el oído aún oye, pero no escucha.

Entonces cuando allí, entre resignación y sordera aparente, la rareza asoma, el oído comienza a despertar, pero muy lentamente. Lo raro atrae el interés de maneras sutiles, pero prometedoras, lo raro nos invita pero luego nos expulsa, ¿o seremos nosotros lo que huimos espantados?

Sea como sea, la rareza se presenta ante nuestros sentidos a cada momento, solo hay que saber recibirla.

De ahora en más, tenga cuidado con lo que le ocurra luego que escuche, no vaya a ser cosa que solo esté oyendo y la resignación o el prejuicio le ganen a lo raro…

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