Desvarío

“Es que nada parece ser
un inmenso lugar
hoy todo se resume a
que nada es igual”
Lu Martínez – La Verdad

El intercambio epistolar sobrevive al desvarío del instantáneo.

ni del patrón de los instantes nos pueden quedar espacios de tinta legibles.

Han terminado, todos ellos, por aplastarnos con la distracción, con sus voces imperfectas.

Podemos oírlos aunque no nos crean, podemos seguirlos, aunque nunca modificar su destino.

Entonces escribimos una hora, para que todo se mueva y perdure a los latidos, a los medidos y a los que adornan.

Depositamos en la superficie de la hora partes del deber y acomodamos afuera del sobre,

solo lo que deseamos que se vea.

Y este es el momento, en el que ya no importa la trascendencia, sino lo simple de viajar.

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