Una gran maestra de la vida, que dedicó gran parte de su tiempo a compartir enseñanzas, nos dijo un día que “para comprender las matemáticas hace falta internalizar que se dedican a una única tarea: medir”.
Encontrar la cantidad de magnitud de todo lo que se pueda.
Si nos detenemos unos segundos y lo pensamos; casi no quedan cuestiones sin medir. Incluso aquellas a las que es inútil encontrarle una medida, también nos convencemos que se puede, y así creemos que podemos medir, por ejemplo, el amor.
Últimamente hasta las ciencias sociales coquetean con acercarse al concepto madre de las ciencias duras: usar las medidas para sacar conclusiones. ¿Cómo lo hacen? usando big data. ¿Qué es big data? Ni más ni menos que el compendio de recolección de datos más grande de la historia de la humanidad. La medida de nuestro comportamiento masivo.
De repente, en un abrir y cerrar de ojos, todo -o casi todo- lo que hace la mayoría de la humanidad se convirtió en algo medible. Los usuarios entregamos esos datos a cambio de servicios gratuitos a dos o tres empresas a nivel global.
Entre los incontables ejemplos de la medida de nuestros hábitos, se encuentra por supuesto, la música que escuchamos.
Hasta hace poco tiempo, las listas de los temas más escuchados del año los armaban las radios. Hoy cada uno es la medida de todas las cosas, y tiene su propia lista con las canciones más escuchadas del año.
Las consecuencias de la utilización de big data son impredecibles: control social, moldeado de la opinión pública, anticipación a comportamientos masivos, marketing a granel, y miles de variantes más aún hoy inimaginables.
El corazón de la cuestión es que las empresas que recopilan los datos, siempre tienen algo para darnos de regalo.
Estas son las 99 composiciones musicales que más escuché durante el 2017 cortesía de Spotify, la plataforma de música online estrella del último tiempo.
Los grandes datos nos dicen que los mejores discos son los que más se escuchan. ¿Será así?
Si así fuere, para mi -¿o para los datos?- los mejores discos de 2017 serían Migration de Bonobo, DAMN. de Kendrick Lamar, RELAXER de alt-J (estos tres además con una sucesión de videos impecables) y Pelea al Horror de PEZ.
Mientras Google y Facebook se pelean a escala global para quedarse con nuestros datos, y nosotros somos los ratoncitos de un experimento mundial sin precedentes, vamos por la vida contentos porque creemos que casi todo lo que necesitamos está en YouTube sin tener siquiera dimensión de la medida de lo que estamos dando a cambio.