“El pensamiento contiene la posibilidad del estado de cosas que piensa. Lo que es pensable también es posible.”
Ludwig Wittgenstein (1918), Tractatus Logico-Philosophicus.
Lo imposible también está solo, en el acto del pensar. Y se desprende cuando ningún otro asoma. Hay un lugar secreto donde recurrimos, y lo imposible se hace presente.
Ayer escuché remar a ese conductor a punto de apartarse y suponía el fin de sus destinos posibles. Miró a quién le hablaba, pero solo pudo consolarlo cuando se bajó.
Los viajes aún poseen esa magia del discurso, se presenta desde el frente al fondo sin que ningún intermediario pueda detectar donde está esa sombra.
Y de nuevo, solo existe la posibilidad, en la maquinaria despiadada, lo imposible amenaza desde el pensamiento y se cierne por demás.
Ante la pregunta: la respuesta,
y ante el camino,
los lazos son mentiras.