Continuidad
Ya no leo como antes. Ni en extensión ni en profundidad. Me dejo interrumpir demasiado por las pantallas y las notificaciones que desarman el clima. No recuerdo cuando fue la última vez que estuve tres horas leyendo sin parar.
Ya no leo como antes. Ni en extensión ni en profundidad. Me dejo interrumpir demasiado por las pantallas y las notificaciones que desarman el clima. No recuerdo cuando fue la última vez que estuve tres horas leyendo sin parar.