Cuando la hoja gira sobre el eje del libro produce dos eventos únicos entre si y contradictorios al mismo tiempo. Descubre lo que sigue y oculta lo que pasó. Mientras se lee la página actual aún podemos ver la inmediatamente anterior y posterior según la cara de la hoja en el instante, pero de ninguna manera lo que vendrá más allá y lo ya pasado.
Aunque siempre existen los que intentan hacer trampa, creen haber leído la que está frente a sus ojos y pasan las hojas tratando de adelantarse a lo que vendrá. También están los que necesitan volver y volver hacia atrás para entender la página del momento, pero cada vez que vuelven, las hojas anteriores han cambiado porque la página presente nunca es la misma.
Cada disco es una una página, cada canción lo es también. Nunca una canción es dos veces la misma. Nunca un disco cumple la misma función en su escucha.
Y cuando conocemos las razones de la creación de una pieza musical, todo el libro es reemplazado y aunque volvamos a tratar de entender o querramos adelantarnos, no se puede.
Las canciones, como los libros, no pueden adelantarse ni retrocederse, solos nos sirven si transcurren, como la vida misma.