Hace un rato escuché
y los recuerdos comenzaron a chocarse entre si. Los recuerdos fijos y los recuerdos dinámicos, esos que se mueven todo el tiempo.
Todos queremos una foto con Patti Smith. Yo tuve ese libro en mis manos sin saber el tesoro que guardaba. Y lo regalé. Y luego me regalaron canciones. Escuché por primera vez esas canciones, las de Patti primero y las de Rosario mucho después. Y vi nuestras sonrisas, esa noche, cuando éramos nosotros los que nos sacábamos la foto con ella.
Misteriosas son las razones que nos llevan a buscar congelar los instantes, esa obsesión por detener algunos momentos para siempre. ¿Solo para volver a ellos? ¿O para luego, si hace falta, romperlos cuando queremos borrarlos? Ni una cosa, ni la otra parece funcionar. Los instantes se quedan ahí y también se mueven. La foto nunca es la misma.
Después de todo, las historias se siguen chocando entre sí. Como las canciones que abren y cierran los relatos. Como se choca el tiempo con las decisiones acertadas. Como las musas, que pueden hacer que llores y rías en el mismo momento, por las mismas razones.
Ago 6.2020 / 7:02 pm /
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