Es como abalanzarse, como recostar todo el cuerpo, entero, abrazando lo que viene. Y lo que está ahí.
Es como apretar con los ojos los costados quietos, lamer despacio los sabores.
Es como ir con la cabeza, despacio, contra las cosas, para que entren, despacio.
Es como abrazar con las ideas, la nada externa, el silencio.
Es como sumergir los dedos y esperar el impulso de los colores.
Es como enterrar en la arena lo que solo queremos encontrar.
Es como ir al almacén y no encontrar muerto al almacenero
Es como mirar, pero sin morir.