Hamaca

Era un ir y venir. Era la palabra y el momento indicado hasta que el sonido se cruzó entre nosotros y lo pospuso.

Después de varios tiempos volví acá y ya no era eso, sino el leve recuerdo de dos manos deslizando la superficie.

Empecé a buscar donde me había dejado, y solo pude escuchar el presente de semejante olvido.

Repentinamente la voz se acalló y mordió la lengua de los desprevenidos.

Fue cuando me paré y fui. Par a siempre.

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