Ya no recuerdo quien, pero alguna vez escuché a alguien, reemplazar insistentemente equilibrio por armonía. Es muy común escucharnos hablar de equilibrio cuando queremos que todo vuelva a los carriles normales.
Pero no está de más repensar las diferencias, porque mientras la armonía está directamente relacionada con el bienestar, el equilibrio tiende a la muerte.
Toda nuestra naturaleza tiende al equilibrio, igualando los componentes de las cosas, reduciendolos a otros más elementales, anulando las fuerzas entre ellos, para luego comenzar el crecimiento de la complejidad nuevamente.
La Armonía se acerca al bienestar de dos o más elementos diferentes conviviendo juntos.
Entonces, mientras una idea tiende a igualar los elementos o reducirlos, la otra respeta las cualidades de cada uno y nos permite interactuar como una unidad completa y compleja, sin perder la identidad de cada elemento.
Sin dudas, la armonía es mucho más difícil de lograr que el equilibrio. Y aunque la subjetividad reine, la belleza y la armonía van de la mano.
Uno de los misterios más hermosos y perdurables de la humanidad, fue, es y será, no solo cómo generar armonía de a dos, sino, como lograr que esa armonía perdure en el tiempo.
El amor entre dos personas es armonía, y una canción hermosa también lo es. Mucho más, si perduran en el tiempo…