Dos persianas

Dos persianas caen al mismo tiempo.  En un segundo cortan los hilos que sostenían la habitación. Cuando se rompe el silencio, carcome.

Empiezo a pensar que los días no tienen espacio y calmo los segundos con grandes cantidades de agua caliente.

No podemos creer que nada cambiará, la cara muta en sí y despega las imágenes más profundas.

Suspiré tantas veces que se me hizo costumbre. La espera fue tan intensa que dos de las cuatro opciones se cayeron solas y los lugares dijeron cosas.

¿Cuánto esperaremos para morir sin tiempo?

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