El dolor escapa a las palabras.
Se confunde en un pesado color abundante.
No se puede conformar con la vida, y si.
Se comen a sí mismos, se muerden.
Tiembla.
Rompe en llanto y tira para atrás lo vivido.
No puede reconocer la mirada del dolor.
Insiste.
Baja unos escalones, repite.
Se come a si mismo, se muerde.
Intenta morir y no sale.
Vive en el fondo, pero cada tanto, viene.
Camina.